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Emergencia y seguridad: parches

Por Alfredo Quintanilla

Resulta que el debate entre bukelistas y mileístas que fingió la tele por unos cuantos días, para hallar la solución a la profunda crisis nacional, era sólo una cortina de humo para ocultar las movidas de quienes quieren tirarse abajo lo avanzado en la lucha contra los tiburones de la corrupción. En efecto, la liebre saltó cuando la DBA (Derecha Bruta y Achorada), y la IBC (Izquierda Bruta y Corrupta) se unieron para golpear a la Junta Nacional de Justicia con la intención de reemplazarla por una genuflexa que sancione a fiscales y jueces que están a cargo de los casos Odebrecht y Cuellos Blancos. De manera que los tiburones y hasta las pirañitas del sombrero salgan bien librados con absoluciones o penas diminutas, en nombre de la emergencia.

Lástima que para el gran público el tema institucional pase desapercibido. Pues ha sido apantallado por la gota continua de la crónica roja mañanera que ha horadado su mente. Y le hace andar temeroso de un inminente asalto a mano armada.

Al Plan Bukele salvadoreño le salió al frente un supuesto Plan peruano, con un diagnóstico tremendista alimentado por los “informes de inteligencia” y la crónica roja. Una estrategia desconocida y una serie de acciones diminutas y descoordinadas que dan vergüenza. Para comenzar, los criminólogos no han sido consultados. Los penalistas dicen que no son necesarias más penas porque ya están todas. Y sólo atinan a poner los parches allí donde salta el chupo (es decir, allí donde hay un “informe” dominical televisivo). A propósito, ¿y qué fue de los ponchos rojos bolivianos que estaban contrabandeando dinamita?

La declaratoria de emergencia en tres distritos es un saludo a la bandera. Como bien lo saben los chalacos, que estuvieron en la misma situación durante un año y no varió la situación del Callao. Porque, igual que ahora, eran parches incoherentes y asistemáticos que no respondían a una estrategia. A eso se suma la grita de alcaldes ignaros en el tema que sólo atinan a pedir plata. Piden más cámaras, más motos, más patrulleros, chalecos antibalas, serenos y hasta la infantería de marina. Y todos con abundantes fotos.

Emergencia y seguridad: parches




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