maleados

Pobre con Poder

Por: Pablo Najarro Carnero

No encuentro el termino psicológico para explicar esa actitud que suelen tener aquellos que viniendo de las clases C, D o E; o viniendo de la sierra, al lograr una posición económica o social, cierto de su esfuerzo, quieren darse el “gusto” – digamos – de poder comprarse un Rolex, un Bentley, o buscar vivir en La Molina o una zona que no sea en la que vivían antes, digamos un pueblo joven. Algunos, dan a sus hijos estudios en un colegio particular. En resumen, lo hacen y lo ostentan como un logro, como culmen de su vida, trasmitida a sus hijos o a su gusto personal.

No encuentro problema en haber logrado una posición mejor a la de sus padres, el poder ir a un restaurant o tienda comercial y comprarse un producto de buena marca y buen precio. Nos llaman “caviares” ¡ja!

Esto viene a colación en términos de política. Los hechos presentes nos van mostrando que muchos de nuestros politicastros llegados al poder han cambiado. Bien decía Nicomedes Santa Cruz “No me den cholo que mande, no me den blanco sin plata, no me den negro elegante”1 se dice que poder cambia a las personas, pero creo que ese aserto ya cayó. El poder muestra tu inconsciente equivocado más profundo. Para muchos es como una revancha ante el momento anterior cuasi pobre que han vivido y que, llegando al poder, se sienten que lo han logrado todo y tienen que demostrarlo, es más, detentarlo2 con todos los medios que se puedan tener.

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