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Entre la vergüenza internacional, la consulta popular y las elecciones de 2025

Por: Virgilio Hernández Enríquez (*)

Aunque, la hiper velocidad informacional del mundo contemporáneo puso en dominio mundial la invasión a la Embajada de México en Ecuador, realizada por parte del gobierno de este país en la noche del 5 de abril, con el propósito de secuestrar al exvicepresidente Jorge Glas -que estaba en calidad de asilado político-; los medios corporativos locales han desatado una campaña de control de daños, para “pasar la página” y tirar debajo de la alfombra, los alarmantes sucesos de violencia y de crisis terminal que diariamente sacuden el Ecuador. Sin embargo, esta vez la estrategia de golpes de efecto comunicacional, no le está resultando una tarea fácil ni al gobierno del presidente Daniel Noboa ni a sus corporaciones mediáticas, debido a la gravedad de los acontecimientos.

Estos hechos no pueden ocultarse ante las imágenes presentadas el 9 de abril por el presidente Andrés Manuel López Obrador, sobre la brutalidad del asalto de las fuerzas de élite, provistas de dotación militar y ocultas con pasamontañas, que agredieron al jefe de la Misión, Embajador Roberto Canseco y “secuestraron” al ex vicepresidente Jorge Glas. La gravedad de estos sucesos motivó inclusive un pronunciamiento por parte del gobierno de Estados Unidos, a través del consejero Jack Sullivan, quien dijo, que esta actuación “puso en peligro las bases de las normas y relaciones diplomáticas básicas”; lo que, a su vez, dejó zanjada la duda, de si una operación de esta naturaleza habría sido o no consultada previamente con Washington, rumor que circulaba por la ambigüedad de las primeras declaraciones del Embajador Michael Fitzpatrick.

Igualmente, a nivel regional, el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, al igual que el conjunto de naciones del continente, condenaron el hecho señalando, Almagro, que “no podemos admitir que quede como precedente lo ocurrido en Quito” y pidiendo que se “restituya la situación a su estado anterior antes de abrir el camino para el recurso de las vías pacíficas de solución a las posibles controversias”. Estas declaraciones antecedieron a lo ocurrido en la Sesión Extraordinaria de la mañana del 10 de abril, del Consejo Permanente de la OEA, que con 29 votos a favor, 2 ausencias, la de México y Venezuela y la abstención de El Salvador, condenaron enérgicamente “la intrusión en las instalaciones de la Embajada de México en el Ecuador y los actos de violencia ejercidos en contra de la integridad y la dignidad del personal diplomático de la región”; al mismo tiempo, que reafirmaron la obligación que tienen los Estados de respetar la Convención del Asilo Diplomático de Caracas de 1954 y otras convenciones internacionales que rigen las relaciones diplomáticas y garantizan la inviolabilidad de las delegaciones diplomáticas y su personal, sin excepción alguna.

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