dictador

La memoria al revés

Por: Nicolás Lynch

El espectáculo bochornoso que hemos visto estos días: un gobierno con las manos manchadas de sangre que decreta tres días de duelo nacional por un autócrata golpista que fue condenado por la Corte Suprema de la República por ladrón y asesino. Sumado al desfile de políticos áulicos que otrora condenaron al dictador pero que prefieren robar cámara hoy para ver si alguien los recuerda mañana. Y los programas de la prensa concentrada, cotidianamente llenos de mentiras pero que decidieron ahora, casi todos al unísono, contar una gran mentira sobre los supuestos logros de los años de Fujimori. En fin, se trata de un gobierno y unos políticos de un orden que ojalá esté llegando a su fin y al que sólo le queda de adorno el 5% de las encuestas. Todo esto no es sino un desfile elaborado por una memoria al revés, la comprobación de que toda memoria es poder y que esta historia la están escribiendo los que se creen vencedores.

La brutal regresión que fue el golpe del cinco de abril de 1992 y la constitución fraudulenta consecuente se puede ver en sus resultados. El más importante, que la casta colonial y sus aliados extranjeros han recapturado el poder que algunos arrestos reformistas como el velasquismo pusieron en duda y eso ha servido para que el excedente vuelva sin cortapisas a sus bolsillos. Es más, a esta recaptura no le ha ido muy diferente que a otras: está reventando por la exposición de la corrupción que impulsó el fujimorismo y continuaron los siguientes gobiernos. El capitalismo salvaje ha terminado siendo un capitalismo de amigotes, en el que se expolia al estado, con un discurso anti-estado, vía las relaciones de clase existentes.

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