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El hombre que quería mudarse a Marte

En cierta ocasión, a Batman le preguntaron cuál era su súper poder. Él respondió: “Tengo mucho dinero”. Elon Musk, el hombre más rico del mundo, opina que una persona muy inteligente que se arriesga en cada movimiento es más productiva que diez personas muy inteligentes que hacen su trabajo para pagar unas vacaciones de ensueño. La capacidad de asumir riesgos y una alta tolerancia al dolor son imprescindibles para los guerreros, pero quizá el atributo más importante sea la capacidad de “crecer bajo presión”. El éxito de Elon Musk se explica por todo esto, pero en realidad su verdadero superpoder es probablemente encontrar una perversa gratificación en someterse a situaciones extremas. En el fondo, este gran protagonista del siglo XXI quizá no sea más que alguien que confunde la vida con un videojuego.

Walter Isaacson, biógrafo de los genios, ha publicado recientemente 680 páginas que son un viaje fascinante a través de la vida de este visionario, revelando no solo sus logros tecnológicos, sino también las complejidades de su ser. Musk, un emprendedor incansable, ha desafiado los paradigmas industriales y se ha erigido como un arquitecto de futuros inimaginables. La narrativa de este ambicioso ingeniero trasciende el simple relato de un empresario exitoso. Su ímpetu le han llevado a cofundar empresas que abordan desde la movilidad sostenible con Tesla, la conexión neuronal con Neuralink, la búsqueda de energía renovable con SolarCity, el internet por satélite con Starlink, pero su auténtica obsesión es SpaceX, que desarrolló los cohetes reusables que algún día llevarán a Musk y a su hijo X a cabalgar por las praderas de Marte. La riqueza de la vida de este protagonista, y la habilidad de Walter Isaacson hace que el libro se lea más como una novela de aventuras que como una biografía.

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